martes, 25 de abril de 2017
miércoles, 19 de abril de 2017
Sábado 22 de abril: Circular al Pico Mijas
Participantes: 7
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Paco Ruiz, Paco Ponfe, Pilar, Jesús R., Lola
V., Paco Z. y Jerónimo
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Distancia recorrida:
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20,3 kilómetros
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Desnivel de subida acumulado:
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980 metros
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Altura mínima: (Inicio carril nuevo - 430 m)
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Altura máxima: (Pico de Mijas –La Bola - 1.150 m)
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Tipo de recorrido:
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Circular, con un pequeño tramo de
ida y vuelta
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Flower’s power
Me ha dicho La Jenny que los de la vinoteca - sí, esos que
los findes se levantan de noche y se acuestan de día- se han ido este sábado a la sierra de Mijas, y
mira que está lejos y allí ni Bershka ni
nada, solo matas y piedras. ¡Qué aburrimiento!
Y que hacía viento y frío, y que esa bola que han puesto arriba para que nos llegue redonda la señal de los
móviles pues ni se veía. ¡Están locos! ¡Con lo bien que se está en la cama
hasta las doce o la una! O levantarse para comer, que alguna vez lo he hecho y
mira, más gorda no estoy, que yo me veo bien con mis mallas rosas del Decathlon
y mi top de leopardo. Pues a lo que iba, que pocos eran para los que son, que
cuando comen se junta un ejército, pero para caminar poquitos, solo siete, que
unos andan por Canarias, por Tenerife o Palma de Mallorca, y otros están
tocados, que si la espalda, que si la rodilla… y es que hija, nos vamos haciendo
viejos y es que ni el amor lo reflejo como ayer. ¡Qué triste es volverse vieja! Y no por los
años, que a mí lo mismo me da cumplir cincuenta que sesenta, sino por la salud.
Mira que me gusta poco caminar por el paseo marítimo, parece un geriátrico
mirando al mar. Y es que soy como aquella bruja fea de los cuentos que no le
gustaba lo que veía en el espejo, un espejo de futuro. ¿Sigues ahí? Creía que
se había cortado, como no te escucho. Y
es que ahora, con eso de que te cuesta lo mismo hablar un minuto que un día
entero pues que ni te enteras, que te
enganchas y no paras, bueno, y si hablamos
del guasá, ya es para no parar de darle al dedo, que hasta dicen que nos
está creciendo. ¡Será lo único! Eso y los años. Ya me he ido otra vez. Pues lo que te estaba contando, que llegaron a
la bola esa, la que está arriba del todo y que no se veía casi nada y que solo
uno subió para hacerse una foto y que los demás se quedaron abajo , a diez
metros y el de la foto y el otro esperando y nada, que no subieron. Y que
después de hartarse de subir para nada se fueron para abajo, esta vez para
hartarse de otra cosa, de comer, como siempre y también para beber, que me ha dicho La Vane,
que una vez fue con ellos pues una amiga suya que algunas veces también salía
la había convencido con eso de que se daban un paseo por el campo y después a
comer y beber y a disfrutar, que hay días que se juntan con quince o veinte botellas
de vino y a veces hasta falta y tienen que sacar un orujo que se trae uno
de León, alcohol puro. Pero andar andan, que de paseos nada, que a esta que te
digo la tuvieron que bajar entre tres de la montaña, que ya no podía más.
Bueno, lo que te iba diciendo, que llevaron hasta vino, una botella por lo
menos, y que otro hizo té frío pues se
había dejado el agua en casa y no tenía nada para beber. Y como te digo una cosa te digo la otra, que
allí estaban los demás para darle un poco cada uno. Que ni Fuenteovejuna. Bueno, te voy a dejar,
que se me queman las lentejas. A ver si un día cambiamos el pilates por la sierra, y
nos damos un paseíto, que por las fotos que han puesto tiene que estar llenita de flores. (…) ¡Ay, hija, lo siento,
que no me acordaba que tenías alergia y ya estás con los picores y los mocos!
Te vas a tener que comprar una mascarilla para salir y ponértela, aunque te
parezcas a Michael Jackson y se rían de ti. Pero vaya, tu pasando, que es
gerundio, que mientras unos cagan flores otros nacen con ella en el culo.
Rhaponticum coniferum (Cuchara de pastor)
Gladiolus italicus (Gladiolo silvestre)
Por el pinar de Alhaurín el Grande
Entre esparto en flor
Reichardia tingitana (Lechuguino)
Ophrys atlantica
Aristolochia baetica (Candilitos)
Cistus clusii (Romerillo)
Sendero umbrío
Ophrys dyris
Aceras athropophorum (Orquídea del hombre ahorcado)
Fritillaria hispanica (Meleagria)
Ophrys fusca
Orchis olbiensis (Satirón manchado)
Ophrys scolopax
Llegando a La Bola
En el vértice del Pico Mijas
Saliendo de la niebla
Se acercan nubes negras
Linaria tristis
Phagnalon rupestre
Helianthemum apenninum spp. suffruticosum
Reseda barrelieri (Reseda mayor)
Echium albicans (Viborera andaluza)
Alyssum atlanticum
Anthyllis polycephala
Mariposa - Vanessa cardui
Iris filifolia (Lirio)
Convolvulus althaeoides (Campanillas)
Convolvulus lanuginosus
Klasea flavescens spp. leucantha (Serradilla)
Ophrys apifera
lunes, 10 de abril de 2017
Sábado 15 de abril: Pte. Cambil - El Caballo - Piedra Sillada
Participantes: 4
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Paco Ruiz, Luci, Manu y Lucía López
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Distancia recorrida:
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18 kilómetros
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Desnivel de subida acumulado:
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960 metros
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Altura mínima: (Pte. Cambil- 950 m)
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Altura máxima: (Piedra Sillada - 1678 m)
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Tipo de recorrido:
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Circular
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Por el cortafuegos
El Lucero al fondo
Camino del Caballo
Hacia Piedra Sillada
En Piedra Sillada con el Valle del Chíllar de fondo
Piedra Sillada y Cabañeros
Pliegues en la roca
Linaria amoi
miércoles, 5 de abril de 2017
Sábado 8 de abril: Sª del Endrinal
Participantes: 11
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Paco Ruiz, Paco Ponfe, Pilar, Jesús R., Luis, Luci, Manu, Manuel D., Nori, Ricardo y Jerónimo
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Distancia recorrida:
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17 kilómetros
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Desnivel de subida acumulado:
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1.110 metros
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Altura mínima: (Camping Rodillo, Grazalema - 910 m)
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Altura máxima: (Simancón – 1.569 m)
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Tipo de recorrido:
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Circular
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A las nueve y veinte de la mañana, un grupo de amigos entran
casi a la par en el aparcamiento del camping del Tajo Rodillo, venidos de
puntos distintos y distantes: un ejemplo de coordinación sin hora fijada.
Alrededor, la mañana luce sus galas en el blanco luminoso de las casas de
Grazalema y la altivez del Peñón Grande que los saluda desde arriba, casi sobre
sus cabezas.
Por delante, la Cañada de Mahón, sombreada de pinos y
asfaltada de las piedras caídas de los tajos que la constriñen. Una empinada
subida para calentar piernas y corazones solitarios hasta llegar al Puerto del
Endrinal, desde donde se otean Simancón y Reloj, siameses unidos por un bello y
agreste lapiaz, pura roca.
Al fondo, tras la alargada dolina de los Llanos del
Endrinal, se dibuja el Puerto de las Presillas, y a él dirigen su caminar,
alegres en animada charla de puesta al
día o planes de futuro. Desde el puerto,
y girando la vista en dirección contraria a sus pasos, la cresta de la Sierra
del Pinar se recorta sobre el cielo azul, algo brumoso en el horizonte por la
falta de lluvias y el levante. A un extremo, el Torreón; en el otro, el picudo
San Cristóbal, guía de barcos, faro de Neptuno.
En esta ladera noroeste, añosas encinas de gruesos troncos
negros y agrietados manchan el gris de la roca y el verde lujurioso de la
hierba nueva. El sendero les conduce en bajada hasta la Casa del Dornajo, antiguos
muros resquebrajados que a duras penas aguantan de pie, y un poco más allá, a la fuente del mismo
nombre, con sus tres pilas labradas en piedra
y su chorro fresco de agua, y allí se sientan y allí sacan algo con lo
que saciar el hambre que ya sienten.
Cerca de las ruinas que de la casa quedan, junto a un
rezumadero, un viejo y portentoso quejigo los acoge bajo sus ramas y sobre sus
raíces desnudas, cubiertas de musgo. En el recuerdo, un hombre se acerca y le
susurra palabras de aliento, de ánimo en su vejez más joven:
Tú que aquí estabas
cuando aún ni
pensamiento era.
Tú que seguirás aquí
cuando yo muera.
Un senderillo apenas dibujado, entre encinas y quejigos, recorre
el Circo del Dornajo, anfiteatro de piedra, y sube hasta encaramarse en su
cresta y perderse en un dédalo de carrascas, matorrales y afiladas rocas talladas
por el agua, hasta salir, ya decididamente hacia arriba buscando el Simancón.
Una vez leí, hablando de esta cumbre y de su compañero El
Reloj, que era lo más parecido a un paisaje lunar. Una inclinada ladera de
metal surcada por miles de grietas que asusta y asombra, que satisface y
disgusta, que llena, vacía y emociona, que te arropa con su cruda frialdad de
piedra helada y duro viento.
¿Dónde estará? La Charca Verde en el fondo espera,
conferencia. Y allí, al sol primaveral y a resguardo del levante, nadie se
levanta para dar cuenta de cuanto traían: mochilas llenas y espaldas
agradecidas.
Y la senda continúa,
y aquellos que por ella van en animada charla
recuerdan al toro, y su rabo, escondido esta vez en la Cueva de Dos Puertas, que no es cueva
pues es arco, y que no tiene dos puertas ni una, y si las tiene, en aquel
momento las tenía abiertas y había corriente y nadie quería perderse el momento
de quedar dibujado en negro.
Media hora –Ahmed dixit- de sinuoso camino para no olvidar
las piedras y de nuevo, cayendo la tarde, los amigos se despiden, cansados,
doloridos algunos, pero contentos de volver a compartir un trozo de montaña y
algo más, mucho más.
Mapa de la ruta
Peñón Grande
Subiendo por la Cañada Mahón
En el Pto. del Endrinal
Cruzando los Llanos del Endrinal
Camino al Pto. de las Presillas
Por el Pto. de las Presillas
Encinas y el Torreón
Subiendo y bajando con la crestería de la Sª del Pinar de fondo
Coagarzal
En la Fte. del Dornajo
Ruinas de la Casa del Dornajo
Bajo el quejigo del Dornajo, declarado árbol singular
Subiendo por una pedrera
Ya casi arriba
Vistas al Circo del Dornajo
Subiendo hacia el Simancón
Llegando a la cumbre
Foto de grupo
Empezando a bajar el lapiaz que une el Simancón con el Reloj
Una mirada hacia arriba
Haciendo equilibrios
Harrijasotzaile
En el Reloj, con su vértice por los suelos
Buscando que el viento no nos lleve
Toca bajar
Como su nombre indica
Charca verde, hoy marrón
Orchis mascula
Pequeño gran lapiaz
En busca de la cueva perdida
Uno, una puerta
Muchos en la Cueva de Dos Puertas
Ya tenemos Grazalema a tiro de piedra, nunca mejor dicho
Lathyrus cicera
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