Participantes: 10
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Paco Ruiz, Paco Ponfe, Enrique, Luci, Ana, Carlos,
Ricardo, Manuel Díez, Jesús C. y Jerónimo
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Distancia recorrida:
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19,6 kilómetros
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Desnivel de subida acumulado:
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1.650 metros
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Altura mínima: (Pinarillo – 470 m)
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Altura máxima: (Navachica – 1.831 m)
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Tipo de recorrido:
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Circular
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Desayuno
en la gasolinera de Nerja, con la rapidez y calidad acostumbrada. Nos acompañó
Fali antes de ir a sus faenas por los alrededores de cerro Caleta. Había
también un nutrido grupo de caminantes que iban a Cáñar.
La
participación en las caminatas da bandazos. Tan pronto nos encontramos con una
troupe de 20 personas como nos quedamos en la mitad, bien sea por la amenaza de
lluvia, bien por la dureza del recorrido, o por ambas cosas.
Se
propuso iniciar el recorrido por la Camatocha, base del Almendrón y Nido del
Buitre para llegar a Navachica después de salvar los Tajos del Sol. Al revés de
lo que acostumbramos. Y como las novedades nos gustan así lo hicimos.
Los
matorrales de la loma de la Fuente del Esparto habían retornado a su color
verde, las hojas ya no se caían, los pinos van sobresaliendo cada vez más del
matorral y la senda, con un poco de humedad, estaba muy agradable de andar. La
dureza del recorrido hizo que nos dividiéramos en grupitos y así llegamos al
collado del Águila y al de la Colada Terriza.
Hemos
hecho esta ruta montones de veces y siempre nos asombra su belleza. La vista
desde la Colada Terriza sobre el barranco de Cazadores allá abajo, constreñido
por el Perruchino al este y los enormes tajos que caen desde el cerro y collado
de la Colada Terriza al oeste, es de lo más bonito que conocemos. ¡Qué agreste
sierra! Y estábamos al comienzo del recorrido. La mesetita de la Puerta del
Almendrón con el valle del Chíllar a un lado y el barranco de Cazadores a otro,
presidida por las imponentes y escarpadas moles de la Torre y del Almendrón, es
un lugar para pasar horas enteras absortos en ese bello y bravío entorno. Hasta
el fuego respetó los pinos de la Puerta del Almendrón para que su verde
contrastara con el gris claro de la piedra.
En
la senda por debajo de la Torre y del Almendrón volvimos a caminar en grupitos.
Poco antes de llegar al cruce con la senda que baja a Cazadores por la loma del
barranco del Quemado Zeneto paramos para reagruparnos y para que Enrique se
recuperara de una torcedura de tobillo. Entonces vimos a Carlos haciendo señas
desde la cresta anterior. Se había despistado y había subido mucho más arriba
de la senda. Le indicamos que bajase a buscar la senda y lo esperamos haciendo
el Ángelus. Como tardaba Jerónimo se acercó a buscarlo y ya lo vimos aparecer
siguiendo la senda. Un despiste y unos retortijones de tripas fueron los
culpables del retraso.
En
el collado de la Puerta otra paradita para contemplar el valle del Chíllar allá
abajo con el cortijo del Imán y el picacho de las Tres Lindes. ¡En ningún
recorrido hay este conjunto de puntos con tan impresionantes vistas!
Continuamos por la ladera del Buitre buscando los hitos y señales azules que
marcan la incipiente senda, asomándonos de vez en cuando a los tremendos acantilados
que se desploman al Chíllar. La sendilla nos condujo al pie de los Tajos del
Sol. Remontarlos es mucho más sencillo que bajarlos, pero el trepar siempre
pone esa nota de riesgo, esa descarga extra de adrenalina que nos hace
disfrutar.
Atravesamos
los arenales de los Llanos y la cañada de los Arenalejos, rodeando el cerro del
Lastonar por el sur y ascender después al Navachica. Navachica nos obsequió con
un vendaval endemoniado. Hubo que sacar ropa de abrigo y cortavientos mientras
llegaba el grupito del accidentado Enrique y quienes le acompañaban.
Buscamos
refugio en un abrigaño al oeste de Navachica para almorzar. Bien abrigados
comenzamos a sacar cervezas, vinos, aperitivos y demás platos. Empezaron a
correr las chacinas, las tortillas, las ensaladas y las carnes, y conforme
descansábamos y recuperábamos fuerzas volvió el buen humor y las ganas de reír.
Para terminar queso, melón, brownie, pastas de cabello de ángel, tés y orujos.
Casi nada.
La
temperatura no era baja, unos 12,5 ºC, pero con el viento parecía que estábamos
a 4 ó 5º. Acortamos el almuerzo y salimos pitando buscando refugio del viento
en el valle del barranco del Rey. Curiosamente en el Ranchillo del Viento ya el
viento casi ni se notaba y al llegar al fondo del barranco ya pudimos esperar
con comodidad a reagruparnos. A Enrique le costaba caminar y el piso no era el
más apropiado para ir con un esguince de tobillo. Más abajo Ana le hizo un
vendaje sujetándolo con cinta americana y tomiza que no faltan nunca en la
mochila de Ricardo. Lo que es llevar un hombre previsor y una fisioterapeuta en
el grupo. Enrique ya caminó mejor y con sucesivas paraditas descendimos los
barrancos del Rey y de Cazadores.
Desde
la mina del Uno para abajo otra vez volvimos a disfrutar de acantilados y
paredones de más de 400 m desplomándose a izquierda y derecha sobre el
barranco. ¡Y en esos precipicios aparecen las bocas de las minas! No imaginamos
cómo subían y sacaban el mineral de esos lugares tan inaccesibles.
Para
hacer la vuelta un poco más rápida, Paco Ruiz y Luci bajaron más deprisa a
buscar el todoterreno de Enrique acercándolo al barranco. Aún así llegamos al
Pinarillo de noche.
Día
con nubes y claros, sin asomo de lluvia, con buena temperatura excepto en los
aledaños de Navachica donde sufrimos el tremendo ventarrón. Además por la cueva
de Carrucho nos alcanzó el amigo Damián a quien no veíamos desde hacía tres
años. Había pasado el día por la mina y barranco de la Soledad en el Camino
Viejo. Estos reencuentros en el monte son siempre muy agradables.
Mapa de la ruta
En la Fte. del Esparto
Por la cuesta de la Camatocha
Cruzando La Puerta
Asomado a los tajos
Almendrillo y Almendrón
Almendrillo y Tajos de la Soledad
Van llegando nubes
Cruzando una de las pedreras del Almendrón
En el filo del abismo
Cruzando los Tajos del Nido del Buitre
En dos palabras: Im presionante
Piedra Sillada
La pirámide del Almendrón
Por el Nido del Buitre
El Almendrón desde el Nido del Buitre
Tajos del Sol
Subiendo los Tajos del Sol
Crocus serotinus - Azafrán silvestre
Remontando las últimas laderas del Navachica
Y en el vértice soplaba
Grupo
Buscando un sitio para comer
Vinos al viento
Bajando rápido en busca de una recachita
Boca de una mina
Por el barranco de los Caños del Rey
Tentación religiosa
Por la vereda del Bco. de Cazadores
Últimas luces de la tarde en los Tajos del Perruchino