miércoles, 29 de mayo de 2013

Salida día 1 de Junio: Cara Norte de la Sª de las Nieves desde Los Sauces

Participantes: Manuel G., Manuel D., Paco R., Luci, Ana, Pilar y Paco P.. Mariela y Fali, Ricardo y Jerónimo.
 
Distancia recorrida: Unos 17 Km.
Desnivel de subida acumulado: unos 750 metros
 
Pico del Jarro, en la Cañada de Huarte o Cañada de la Encina
 
Sideritis ¿incana?
 
Pasando por el pequeño pinsapar de la Cañada de Huarte
 
Cytinus hypocistis
 
Llegando al Cortijo de Huarte
 
Helianthemum apenninum
 
Laderas verdes en las proximidades del Cortijo del Peñón de Ronda
 
Ángelus en la Fte. de la Breña
 
Subiendo hacia el pinsapar
 
Grupo de grandes y aislados pinsapos
 
Los Coloraíllos
 
Paco P. y Ricardo
 
Momento chiste
 
Subiendo hacia El Canalizo
 
Parte del grupo a los pies de un gran pinsapo
 
Sarcocapnos baetica sp. baetica
 
Silene andryalifolia
 
Pinsapo y leguminosa
 
Bajo los tajos
 
Stachys circinata
 
 Momento siesta
 
Crataegus monogyna - Majoleto
 
De vuelta
 
Peñón de Ronda
 
Cruzando los pastizales de la Breña
 
Cortijo del Peñón de Ronda y pico de la Peñilla de Yunquera
 
Dando vistas al Cortijo del Palancar y al Valle del Río del Burgo
 
Pasando bajo los tajos del Peñón de Ronda
 
Llegando al Cortijo del Palancar
 
Vinos bajo un pinsapo
 

lunes, 20 de mayo de 2013

Salida día 25 de Mayo: Sª Nevada - Camino de los Neveros

Participantes: Luci, Ana, Antonio, Jesús, Paco R., Paco P. y Jerónimo
 
Distancia recorrida: 23 km. aprox.
Desnivel acumulado: unos 1.600 metros, pero esta vez, y sin que sirva de precedente, todos o casi todos hacia abajo. Nuestra respiración y nuestro ritmo cardiaco lo agradecieron pero, por contra, sufrieron nuestras rodillas y algún dedo que otro, de esos que escondidos guardan el secreto del caminante.
 
Desayuno en Cenes con un muy buen solista pero con escaso acompañamiento.
 
Para hacer toda la ruta hacia abajo, nos acercamos con los coches hasta cerca de la Hoya de la Mora.
 
Nada más bajar, un grupo de machos nos saludaba tomando el sol sobre un peñasco
 
mientras ese mismo sol que calentaba a las cabras iluminaba las paredes del Veleta.
 
Y cogimos cuesta abajo, por el tradicional Camino de los Neveros, sendero que utilizaban antaño,
cuando los frigoríficos eran un sueño y la nieve era un negocio sobre mulos y no sobre esquíes.
 
Este camino también ha sido utilizado como vía pecuaria para la trashumancia, y como tal figura en los indicadores y en varios paneles a lo largo del camino.
 
La senda baja por la cresta de varias lomas, cruzando la carretera en repetidas ocasiones, unas veces dando vistas al norte, al Valle del Genil y a sus pueblos, y otras al sur, con el Trevenque  vigilando el profundo barranco labrado por el Río Monachil.
 
Y de vez en cuando, alguna flor en esta primavera tardía, fresca, no sé si atípica pero sí verde, fragosa. Los tulipanes, abundantes en el camino, esperaban anaranjados que el sol calentase para abrir sus pétalos amarillos. Mientras nos entreteníamos con esta Polygala boissieri, planta que debe su nombre al ilustre botánico suizo Edmond Boissier, que recorrió este y otros caminos del sur allá por el siglo XIX.
 
Y entre plantas y aceiteras, fuimos llegando al Purche, pedanía de Monachil que se encuentra sobre los 1.500 metros y donde antiguamente existía un hospital de leprosos.
 
Sobre los Llanos del Purche una parada para disfrutar del paisaje y decidir dónde comer.
Como era temprano, nos pareció mejor avanzar algo más y quitarnos parte del tramo de carretera que teníamos que recorrer.
 
Ya pasado el Pto. del Purche, y en un rellano delante de una casa abandonada, dispusimos mesa y mantel y dimos cuenta de cuanta bebida y comida habíamos transportado a lomos de bípedo humano.
Y en aquella praderilla, medio a la sombra, medio al sol, algunas linarias
 
y una Empusa pennata, insecto de la familia de las mantis pero menos agresivo que éstas (por lo menos no se comen a su compañero de lecho, algo es algo).
 
Tras otro tramo de carretera, cogimos un carril que faldeaba el Cerro de los Majojos, donde abundaban estas pequeñas Silenes de las que desconozco su nombre científico.
Este cerro, el de los Majojos, es utilizado por numerosos aficionados al parapente para lanzarse con sus "cacharros" y creer durante un tiempo ser pájaros y disfrutar de la dicha de volar al viento.
 
Y cerca de una curva de este carril, la Fte. de los Castaños, de los que quizá alguna vez hubo por estos lares, pues hoy no queda ni uno. Medio en broma, propusimos a Antonio rebautizarla como Fte. del Majuelo, más apropiado, pues en flor escoltaba al tímido chorro que de la fuente salía.
 
Y el carril seguía, abriendo una grieta gris en el verde de esta primavera.
 
La crujía, Digitalis obscura, alegraba las cunetas y taludes del camino. Es esta planta tóxica. De otras especies de la misma familia se extraen la digitalina y la digoxina, sustancias que son empleadas para la fabricación de fármacos para el corazón, pero que usadas sin conocimiento pueden provocar la muerte.
 
Sobre las cinco y media, llegamos a Granada y no... no brindamos con este vino por el camino recorrido, por las vistas a diestra y siniestra, por lo duro de las cuestas p'abajo, por el agua fresca, por tener aún fuerzas para hablar y reír. No brindamos por nada pues el vino se quedó en el Purche, no vino, ¿o sí?
 
Y ya que aquí lo tenemos, virtualmente, brindemos
 
 
 
por todas y cada una de las personas que han hecho este grupo, por aquellas que cada semana nos acompañan y por las que de vez en cuando se dejan caer. También por aquellas que por uno u otro motivo han dejado de venir. Brindemos...
 
(Antonio, si algún dato está mal, perdóname. Ni la memoria ni el lápiz me acompañan).
 
 

lunes, 13 de mayo de 2013

Salida 18 de Mayo: Tajos del Fraile, Dª Ana y Gómer


Participantes: Jerónimo, Ana, Paco Ponferrada, Lola Díaz, Paco Ruiz, Luci, Ricardo, Manuel de Nerja y Jesús.

¡Vaya sorpresa con Lola! Así, sin enterarnos, apareció en Alfarnate dispuesta a retomar las caminatas como si nada hubiera pasado. Menudo alegrón. Le dimos un abrazo grandísimo y lleno de cariño, abrazo del que debe quedar constancia aquí.

Desayunamos en casa de Teresa, como siempre. Como siempre nos atendió con su simpatía y discreción habitual. Nos puso los cafés pedidos y el plato sopero y la botella de aceite para untar “ad libitum”. Y como siempre nos cobró por todo a 1 euro por cabeza. Sitios así había pocos y ya no quedan.

Presentíamos que el día no sería bueno por el frío y el barro, pero se presentó aún peor porque traía además negros nubarrones y fuerte viento. Comenzamos en la Fuente del Conejo y antes de 10 minutos ya comenzó a chispear, lo que nos obligó a sacar los impermeables y llenó de agua la hierba. ¿Quién se imagina un día de la segunda quincena de mayo caminando con forros polares, gorros, guantes, impermeables y las botas y pantalones empapados? Así comenzamos y fuimos la mayor parte del día con dos agravantes adicionales: el barro que se pegaba continuamente a las botas y la altísima y espesa hierba que ocultaba cualquier rastro de senda, nos hacía resbalar y nos mojaba pantalones y botas. A pesar de todas estas inclemencias ahí estuvo Lola caminando y disfrutando como el primero sin inmutarse por el esfuerzo.

A favor del día hay que apuntar la inmensa variedad de flores que tuvimos: ajos de varios tipos, lirios, gladiolos, scillas, peonias, vincas, linarias, viboreras, conejitos, crambe,  biscutella, … más los arces y quejigos con sus hojuelas verde claro y, sobre todo, las orquídeas: entre las que cabe destacar las orquídeas: Himantoglossum y Serapias por doquier, O. lutea, O. tenthredinifera, O. scolopax, O. apifera, O. mascula, y una gran pradera de Anacamptis que no tuve el placer de disfrutar.

La excursión fue corta porque el día no permitía otra cosa. Subimos por el valle de la Fuente del Conejo hacia el Fraile pero no coronamos la cresta por miedo a las resbalosas piedras húmedas, sino que echamos por la franja de tierra que lo rodea por el Norte hasta la parte baja. Subimos luego por el valle entre Fraile y Gomer y rodeamos el Gomer por el Sur. Ese rodeo fue especialmente dificultoso porque la hierba y los cardos eran casi tan altos como nosotros. Hicimos una visita rápida a la cima del Gomer pues el viento había secado las piedras y bajamos hacia el Oeste para dar la vuelta por los cortijos Farriña y Cuartillo y regresar por el carril de Riogordo a Alfarnatejo.
 
Arcoiris
 
Fotografiando plantas rupícolas
 
Ophrys tenthrendinifera var. ficalhoana
 
Ophrys scolopax
 
Peonía
 
Bajando por un vallecillo al norte del Fraile
 
Cornicabras
 
Cresta del Gómer
 
Subiendo entre el Gómer y el Fraile
 
Bajando, con el Gómer a la derecha y el Dª Ana a la izquierda
 
Scilla peruviana
 
Ana en bajada
 
 Buscando los mejores lugares para bajar
 
Por la cara sur del Gómer
 
Gordolobo
 
Viento y frío
 
Subiendo hacia la cima
 
Por la estrecha cresta del Gómer
 
En el Pico Gómer
 
 Bajando por el "tobogán" del Gómer

Buscando una grieta para bajar
 
Dejando el Gómer atrás
 
Fruto de scorpiurus muricatus
 
Parte del grupo
 
Anacamptis pyramidalis
 
El Gómer
 
El Fraile
 
Himantoglossum hircinum
 
Himantoglossum hircinum (Detalle)
 
Serapias parviflora
 
Allium nigrum
 
Ophrys apifera
 
Lirio - Iris xiphium
 
Tritón por el carril
 
Vinos herbales